En Kai cada noche antes de acostarse, le gustaba imaginarse planetas de colores, de formas extrañas y con tamaños enormes. Eran espectaculares!
¡Kai se había convertido en un astronauta! Su sueño era poder viajar por el espacio y poder ver de cerca los planetas.
¡Mira la luna! Es el satélite natural de la tierra - decía Kai emocionado. Cada noche buscaba la luna desde su ventana.
Dejando atrás la luna, alucinaba con tantas estrellas. De pronto, se le acercó una roca de gran tamaño. ¡Cuidado Kai, es un asteroide!
Por poco, el asteroide no se llevó a Kai por delante. ¡Uf. menuda suerte! pero ahora iba directo hacia el sol, ¡Que calor!
Kai sorprendido miraba esa gran estrella.. ¡Es el sol! Una estrella que ilumina la luna y da vida a nuestro planeta tierra gracias a su calor.
Kai vió uno de los planetas que estaba más cerca del sol, hacía mucho calor allí, pero le encantaba poder ver de cerca el planeta Mercurio, era el más pequeño de los planetas del sistema solar.
Dejando atrás al planeta Mercurio, empezó a ver un planeta marrón… ¡Uau! Era Venus. Este era mucho más grande!
De golpe descubrió nuestro planeta Tierra, era azul, con manchas marrones y verdes. Kai saludaba desde el espacio a todos su amigos y su familia. ¡Está llena de vida y naturaleza!
Kai seguía descubriendo todos los planetas que había estudiado. Este era muy pequeño, pero llamaba la atención porque era muy rojo. ¡Era Marte! Tenía ese rojo del óxido de hierro.
Desde muy lejos, se veía un planeta muy grande, el más grande del planeta solar. Kai estaba seguro que ese planeta era.. ¡Júpiter!